No me sirven ni lluvia, ni amargura,
ni rechinar, ni pozo, ni costado…
Quiero palabras como mandolina,
baticola, paraguas o yembé.
Hasta ratón me serviría
si no fuera
por su tendencia a roerme el seso
Quiero palabras nuevas,
las quiero, las sobo, las acaricio
las coloco en lugares especiales
y luego, cuando encuentro las viejas
me las guardo también
como el jersey gastado al que me abrazo
cuando tengo frío.
marzo 21, 2007 en 9:35 pm
Qué hermosa liturgia…
Beos, tenaz Iubira.
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marzo 21, 2007 en 9:36 pm
Besos, naturalmente.
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marzo 21, 2007 en 11:15 pm
Nuevas y viejas todas más saludables que el silencio prolongado. Disculpa las ausencias y recibe un abrazo coleguil. He leido el blog casi todos los días, pero … no me sale la voz de tan cansado.
Besos Q.O.T.D.
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