Chispi; el arrabalero, mil leches de casta, poeta del resto, desfacedor de entuertos, chache de los descampaos se ha ido hoy al cielo de los perros, a poner el hocico en el regazo de algún angel montuno, que hoy, gracias a él, estará más contento y menos solo, bajo la encina más grande del campo charro.