Tierra Iubi. Mar de Iubira…

La mar de ideas. Cuentos y poemas del Delta, la Duna y el Páramo


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Chocolate o la p’tite Mort

Era de chocolate. Labios, piernas, pestañas, ojos, lengua… De chocolate puro, chocolate setenta por ciento de cacao, chocolate cayena en las caderas, que picaban cuando se mordían. El pelo era del color del azuki, morado, y sabía a eso, a flan de azuki, pensaba él mientras se la iba zampando de a poquito, como si tuviera miedo de que se le fuera a acabar demasiado rápido.

«¿Me dejo los pies para mañana?»; pensó… «¿Se los como, no se los como?» ¡Dios mío, pies de chocolate!»  Y cayó en la tentación. Y tuvo una epifanía. ¡Qué digo, epifanía! Una revelación, un Aleluya de Händel, unas variaciones Goldberg y un aullido que llegaba desde sus intestinos al Himalaya, pasando por Cuba.

«¡Qué pena que estas cosas duren tan poco!».  En fin: «¡hasta la próxima!»,  le dijo con los ojos todavía semicerrados.   Y;  con un último suspiro de satisfacción, tiró a la papelera el envoltorio de la mona de Pascua con forma de Miss Kittykat del cosmos, que le había regalado, como todos los años, la tía Pepa.