En Gádahar,
era siempre verano
La acequia rebosaba
Las estrellas huían cada noche
por encima del olor de las lavandas
En Gádahar
-la tierra de unicornios-
Vivir era un columpio,
Y correr sin cansarse
entre surcos de tierra
En Gádahar el tiempo se paraba
Por eso,
Cada día
Cierro los ojos y vuelvo, por un momento, al sitio
Dónde sé que me esperas
Y que hoy es hoy
En Gádahar.