Médula de tus pechos
¡suave aceite!
Resuena conocido
un flujo de sesenta
latidos por minuto;
Se abre la luz
crece sin pausa , oxígeno.
Son de la fuente
que una vez fue estanque.
Médula de tus pechos
¡suave aceite!
Resuena conocido
un flujo de sesenta
latidos por minuto;
Se abre la luz
crece sin pausa , oxígeno.
Son de la fuente
que una vez fue estanque.
Ser humano. Me repugnan los encurtidos y los deportes de riesgo. Escribo desde que puedo recordar. Vivo.
julio 8, 2007 en 12:18 pm
Me gusta el tono de tus últimos poemas. Quizá por la celebración de la vida, dejando atrás nubarrones y otras causas.
Gracias.
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julio 8, 2007 en 4:08 pm
Kisis, Colt. I
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julio 8, 2007 en 4:21 pm
�Claro! Con esta escribidora de madrina, andaban los de infantil contentos a rabiar (Ya sab�is que le aplaudieron -en pie, como a los toreros- el discurso…Habr�a que colgarlo…).
Qu� hermosos poemas.
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