La belleza sorprende
Sin defensa posible
empapa desde dentro
Desarma
Sobrecoge
Va más allá de ojos o de modas
Nunca se da en el ruido
La belleza
Te aquieta y te sacude
Intensa y suave
No es temblor, es ola
Y ¡Qué ganas,
Belleza,
de inundarse!
La belleza sorprende
Sin defensa posible
empapa desde dentro
Desarma
Sobrecoge
Va más allá de ojos o de modas
Nunca se da en el ruido
La belleza
Te aquieta y te sacude
Intensa y suave
No es temblor, es ola
Y ¡Qué ganas,
Belleza,
de inundarse!
Te buscaba en los charcos
Entre los agujeros de las redes
En el juego tahúr de las palabras
Te busqué, me buscaba,
Me sorprendí de nuevo
Atada por el hilo. El hilo
que esta vez era nuestro
Esta vez sí, dijeron las sirenas
Esta vez, esta vez, replicaron
Los corales cansados
Las anémonas
¡Cierra los ojos! ¡nada!
Decían, las estrellas de mar desde los fondos
¡Nada! gritaron caracolas
de espiral imposible
Sentí el tirón del hilo
Lo sentía
Me reventé del ombligo a la boca
Nada ¡Nada!
Y nada
Nada
Nada
Amanecí en la orilla, otra vez,
Otra…
nada
¿Recuerdas?
Era tu pelo
Eras niña
Y yo
Siempre tendré esa foto en mi retina
Eras hibisco y eras
La delicadeza.
Vivo en el mar de trigo
Me asomo, cada día,
a ver sus oleajes
Me despierta
el olor terrenal de las espigas
el quererse los pájaros que nadan
en este mar de pan
Cinco amapolas rojas,
se disputan la linde
Aquí, en el mar del trigo,
Sólo se impone el sol.

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