Tierra Iubi. Mar de Iubira…

La mar de ideas. Cuentos y poemas del Delta, la Duna y el Páramo


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Cuando éramos niños

Recuerdo la largura y anchura del verano,

Los ojitos brillantes

de las lagartijas en las tapias

Lo fresco de los patios

la necesaria pereza de la siesta

—la tarde suspendida—

Las ganas de aventura a pie descalzo

Recuerdo nuestras caras, manchadas de ciruelas,

los churretes de barro,

las esquilas,

Recuerdo que hasta el riego era una fiesta

Y que el dolor era cuestión de mercromina

Recuerdo cómo todo era posible

Cuando éramos niños.


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Arquímedes del ego

Todo cuerpo

Ni celeste ni opaco

sumergido en un ego

Experimenta un descenso

Al abismo

Igual al volumen del ego que no desaloja

Es lo que pasa

Cuando los cuerpos ni opacos ni celestes

Olvidan que hubo días

En que fueron un alma.


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A veces

A veces

un cielo azul

no basta

para curar un alma

pero aligera el peso de los días.


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Soledad

Hermosa

Dulce amiga

Escucho tu canción

Y lo que enseña

Soledad

Y qué injusto

que tu lugar lo ocupe la tristeza.


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A fondo

Toda la noche había soñado con pájaros, pájaros pequeños, del tamaño de un pulgar, muertos en sus jaulas.
Odiaba esa pesadilla. La última vez que la tuvo, la despertaron de madrugada para contarle que su abuelo estaba agonizando.
Ahora era ella la que se incorporaba en la cama, casi de un salto, con la boca pastosa y un peso entre las cejas.

-«Rompe con ese bloqueo», le había aconsejado su terapeuta, cuando le hablaba de sus fantasmas. » Es importante que aprendas a cortarle el camino al miedo. Cuando sientas angustia, cambia de actividad: date un paseo, ordena el armario, dúchate, depílate ¡Lo que quieras! pero a fondo. Procura poner los cinco sentidos en lo que hagas.

Siempre había sido dócil. «Tal vez la ducha me ayude a saber dónde está el suelo», se animó mientras reptaba hacia el cuarto de baño.

Antes de meterse bajo el agua, rebuscó en el cajón del armario hasta encontrar una maquinilla nueva. «A fondo, Aaaaaa fondooo» comenzó a canturrear al sentir la ducha tibia.

El primer corte la sorprendió un poco. La quemazón en el tobillo dio paso a un hilillo rojo que se empeñaba en huir hacia el desagüe. «En las rodillas, la sangre es más oscura» constató al advertir un segundo borbotón pegajoso. «A fondo, probó en las muñecas. Recordaba cómo Dimas le dijo un día que a veces el dolor físico es mejor que el dolor de alma…a fondo…
A fondo…en los muslos se dibujaban dragones chinos, obstinados en un raro desfile. A fondo, deslizó un dedo mojado desde la nuez al hueco entre las clavículas.

A  fon…do