Tierra Iubi. Mar de Iubira…

La mar de ideas. Cuentos y poemas del Delta, la Duna y el Páramo


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“Doneto, ma non droppo”

Dolió dudar, dolió desguarnecerse , 

Devanarse de dedo a dedo 
duro
Diente, despecho  de dragón doruro 

Dédala derretida , deshacerse  
Dïana de diamante, demediada,

Desgastado denuedo, dulce drama
Delicado discurso de dorama; Dafne de día, dríada dorada 

De durazno a durillo , desgastada, dejose 

desherbar, desbravecerse 

Desleída, donose , deshebrada.

Dánae, de  dioses deseada,

decidió, desnortada  decrecerse, 

Dictis, Dineo, ¡ Dacapo, desdichada!

Dandelia Doralís,

desvanecerse.


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Caballos en huída se desbocan…

Caballos en huída se desbocan
hacia el fondo del valle de Iubira

No hay tregua

abatanan sus cascos la piel
los tendones y los huesos
Una humedad pastosa
llena los párpados
de vacas amarillas
El agujero incierto
se precipita al mar

Se abre el cuarto sello 
Zelós tensa su arco —carcajada de luz,  blancas las sienes de crueles  victorias—
Glorioso el día en que quisiste interponerte , necio

Mueran primero, pastafaris del cosmos, ilumínense

Caballos en huida se desbocan

Hacia el fondo del valle de Iubira 

No hay tregua 

Abatanan sus cascos la piel, los intestinos  y los sesos

Negro  es  el segundo;

raciona avena y trigo para el pobre, aceite y vino se derraman sin tasa hacia las ubres cerradas de las élites

Muere , famélica legión sin pies ni puños

Caballos en huida se desbocan 

Hacia el fondo del Valle de Iubira

No hay tregua 

Abatanan sus cascos la piel los tendones y los sexos

Bayo galopa , esparciendo su hedor de mil putas,

¿Qué te has creído ? Una humedad pastosa

llena los dientes  de bilis amarillas 

Vomita, imbécil, muere.

Caballos en huida se desbocan 

Hacia el fondo del Valle de 

Iubira

No hay tregua 

Abatanan sus cascos la piel los tendones y los sesos

Una humedad  pastosa 

llena las tumbas de niños amarillos 

De madres ululantes

De viejos desdentados

De rabizas haldudas 

De jóvenes promesas 

De  poetas que un día se creyeron que en el principio era SU palabra 

El agujero incierto 

se precipita al mar.


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Gracias, Epicteto

¿Por qué te me escapas una y otra vez ,

cruel y esquiva

y me miras de soslayo y me tratas de tú?

Sábelo bien,

Cercano está el día en que te dome

Ahora , aún te me huyes y haces como que no me ves

Escóndete, Poesía

Ignoras que te espero, a la vuelta del árbol,

con el arco pegado al hombro izquierdo ,

dispuesta a traspasarte

de palabras.