Mi hermana, la muy honorable Princesa Bruja Traspiés de Sin Preguntas- sostiene la teoría de que soy un ser con suerte. Ya se sabe; tengo dos ángeles custodios, uno por si falla el otro, y eso marca. Traspiés, que comparte conmigo carga genética y es, por tanto, una inefable contadora de historias mil, dice a todo el que la quiere oir, que si un día me perdiese en el Polo Norte, a los pocos minutos, una caravana de zíngaros que casualmente pasaría por allí, me salvaría.
Lo cierto es que ahí están. Aparecen siempre que los necesito. Adoptan múltiples formas. Creo en ellos, los quiero y ellos me quieren a mi. Prefiero llamarlos providencia, dado que casi siempre he ido por el mundo a la buena de Dios. En todo caso, acuden, nos olemos, nos reconocemos y siempre, siempre, me traen regalos.
Este espacio es uno de ellos. Y el zíngaro de todos los zíngaros que en el mundo han sido, me lo ha regalado con toda la delicadeza de que es capaz. Maestro Enrique Blanco Rodríguez, músico, nómada, generoso y galante. Gracias y a más ver, al borde de cualquier camino.
También debo todo esto Marian, por ser y por estar Y mis compadres Antonio y Chús, que son mi familia no biológica., Colt, At, Deli ,Jabbs Isi. Zíngaros todos. Gracias