Tacho el renglón de la mujer tristeza
-amargo el chocolate amargo de su lengua-
Como las comadrejas en las huras;
rapaz,
ansiosa,
aguda
vigilante
busco la brizna, el agujero, el soplo
Respiraré y la luz será mi amiga
Y flotaremos juntas en partículas
sin peso, sin recuerdos, sin las negras ideas
sin miedo, en fin,
sin el infierno ciego
de odiar y amar
a una mujer tristeza
enero 21, 2007 en 5:56 pm
Bloggers, todo esto me pilla a medio cocer. Besos.
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enero 21, 2007 en 10:11 pm
Buscar la Luz y dejar que el sol caliente la piel y el aire limpio penetre en los pulmones. Qué sencillo anhelo y que profundo.
Y como disipa la tristeza.
Un beso
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enero 21, 2007 en 11:38 pm
Y qué largas son las noches oscuras de los corazones en invierno. Supongo que el sol acaba saliendo, aunque lo haga entre brumas.
Habrá que apuntarse a la receta de Colt.
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