Soy todavía un puerto
Vienen los días
noches
Se van médulas
Linfas
Plasmas ciegos
Vienen escalofríos
Vuelven
Arañazos anónimos
Pleuras rotas
Parten caricias
Regresan
besos
en los párpados
Acaban
aquel día
En que pasaste
un dedo
suave por mis cejas,
otro -muy otro-
debajo de mi ombligo
Soy todavía un puerto
Entre mis muslos
Una dársena dulce
Espera.