Cuando ella se descalza
quedo preso
de sus pies de canela
del sol de su cintura
de su tacto seguro
de años de saber
amanecerse poco a poco
Si ella se descalza hoy
quedaría sujeto
y liberado
¡qué dulce la prisión
de sus pies de canela
del sol de su cintura
de su boca de niñamujer soberana!
Amo a Hailua, hermano
esencialmente
¡y cómo duele
el peso de sus ojos
fundidos como miel
en mi garganta,
seca la lengua sin su beso!
Cuando ella se descalza
y se me ofrece
esclavo sin remedio ando perdido
tras sus pies de canela
Y el sol, en su cintura,
me recuerda que nunca
quise más que hoy
que nunca
fue hoy más hoy
Hermanito, amo a Hailua
hay una espada cada vez
que la toco
me corta el córtex
y sólo corazón
solo,
perdido
de sus pies de canela
me abandono
Sé que su piel está hecha de la mía
Amo a Hailua, compadre y ¡cómo duele!
¡Y cuán triste es amar los pies de Hailua!
siempre en huida y siempre aquí en mis pasos.
¡Yäh fätin, on fätin keh faraih jeu Mammah!
bels ami, al^yinna meua, meu habbib vase, Yäh Mammah!
diciembre 6, 2006 en 12:34 pm
Comment marisabi que reza asín:
Perdonadme la desfachatez pero me hacía falta buscar otra forma de hablar. Y como siempre que busco, se me desborda el delta. ¡Qué farem, habibbis!
En la especie de jarcharemix final, la mujer que la dice, se queja: Ay encanto, mi encanto, ¡qué haré yo madre!
el amigo, mi locura, mi amado, se me va, madre!
Estoy a punto de explotar, un día de estos.
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diciembre 6, 2006 en 9:31 pm
Me gusta cuando hablas en «idiomas».
Es facil identificarse con el hermano del hermano si alguna vez sentiste amor.
bicos, habbibi.
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diciembre 10, 2006 en 1:56 am
Grande volcán…¡qué farem!
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