Cuatro esquinitas tiene
Nuestra Esperanza
Cuatro luces se alegran
Amor avanza
Cuatro esquinitas tiene
Nuestra Esperanza
Cuatro luces se alegran
Amor avanza
Lo salvaje
habita
los días de lluvia
Se acomoda
bizcocho
Como si no fuera
Tiene
un duermevela;
reflujo
dispuesto a arrasarte la lengua.
Tal vez
Esta vez
Por una vez
De una buena vez
Abraces lo salvaje
Y se rinda
Como se rinde el cuerpo
a los días de lluvia.
Tres luces nos susurran
Por el camino
Que la noche se acaba
Que viene el niño
Viene,
Luz en camino,
A darse todo.
(Para Gabriel)
Es oro
La desazón del caos
Lento el magma,
-lengua de todos los dragones-
mudo por siglos
Es oro
necesita crisol
No tengas miedo
Nada habrá que lo impida
Sólo
Sábete pobre
y canta
a voz en lava
«A change is gonna come!»
https://youtu.be/wEBlaMOmKV4?si=Gmbe2cfBJh-Mwcoz
Una vela encendida
Hiende en canal lo oscuro
Sol que se anuncia
Nada hay
más amable
que el hocico
de un gato;
Feroz
Dulzura
Elegida.
Qué bueno, tener a mano
Un abrigo de verbos
para darse.
Y aún cuando no, ¡qué bueno!
Restañarse la herida
en algodón suave de sintagmas
La Silenciosa sintaxis desangrada
Las mujeres almario
Se abren de brazos
En el río del alma
llena de pájaros.
Tanta es la urgencia quieta de las flores
Que recurren sin dudarlo a las abejas
Entregan lúbricos ríos de néctar
Promesas de miel , jadeante polen
Abren desvergonzadas corolas a los pájaros ¡ Ah, los colibríes!
Tientan a mariposas de alas suaves
Seducen a pudorosas mariquitas
A abejorros sin número
A pulgones, a hormigas , a dedos y a narices
Les palpita la savia
¡Es tanta la urgencia quieta de las flores !
“ Horarios macabros me devoran , así, por estos días
Pronto terminarán”; se dijo el gato
que veía por dentro las palabras
Se ocupó de frotar las mejillas en los muebles, de instalarse en su ropa, de olisquear, minucioso, sus zapatos
Desdeñó el alimento. Sabía que ella volvería con ambrosías saladas
“¡Ah! Horarios macabros me devoran, así, por estos días. Pronto terminarán”
Pensó el gato que veía por dentro las palabras
Justo cinco segundos antes
de aperezarse al sol para dormir.
Cuando me vaya , díselo a las abejas
para protegerte de su dolor
Recuerda usar la saya de pliegues
Envuelve las colmenas
susurrando mi nombre
Dales quietud
Déjalas unos días
Visítalas y díselo
para que cuando las despiertes y te huelan
te sientan suya
Y transformen penumbra
en nueva miel.
Nunca fue el otoño
Nunca las uvas
Ni la luz despidiéndose en las hojas
Ni las voces desabridas de los zorros
Nunca las mañanas heladas
Ni la huida puntual de los vencejos
Ni el cielo ,
naranja amarga de lluvia sin pájaros
Nunca fue el otoño
Y siempre la nostalgia
Las lechuzas son esos pájaros que se dejó olvidados el pequeño Amadeo Modigliani en su libreta de dibujo.
Dolió dudar, dolió desguarnecerse ,
Devanarse de dedo a dedo
duro
Diente, despecho de dragón doruro
Dédala derretida , deshacerse
Dïana de diamante, demediada,
Desgastado denuedo, dulce drama
Delicado discurso de dorama; Dafne de día, dríada dorada
De durazno a durillo , desgastada, dejose
desherbar, desbravecerse
Desleída, donose , deshebrada.
Dánae, de dioses deseada,
decidió, desnortada decrecerse,
Dictis, Dineo, ¡ Dacapo, desdichada!
Dandelia Doralís,
desvanecerse.
Caballos en huída se desbocan
hacia el fondo del valle de Iubira
No hay tregua
abatanan sus cascos la piel
los tendones y los huesos
Una humedad pastosa
llena los párpados
de vacas amarillas
El agujero incierto
se precipita al mar
Se abre el cuarto sello
Zelós tensa su arco —carcajada de luz, blancas las sienes de crueles victorias—
Glorioso el día en que quisiste interponerte , necio
Mueran primero, pastafaris del cosmos, ilumínense
Caballos en huida se desbocan
Hacia el fondo del valle de Iubira
No hay tregua
Abatanan sus cascos la piel, los intestinos y los sesos
Negro es el segundo;
raciona avena y trigo para el pobre, aceite y vino se derraman sin tasa hacia las ubres cerradas de las élites
Muere , famélica legión sin pies ni puños
Caballos en huida se desbocan
Hacia el fondo del Valle de Iubira
No hay tregua
Abatanan sus cascos la piel los tendones y los sexos
Bayo galopa , esparciendo su hedor de mil putas,
¿Qué te has creído ? Una humedad pastosa
llena los dientes de bilis amarillas
Vomita, imbécil, muere.
Caballos en huida se desbocan
Hacia el fondo del Valle de
Iubira
No hay tregua
Abatanan sus cascos la piel los tendones y los sesos
Una humedad pastosa
llena las tumbas de niños amarillos
De madres ululantes
De viejos desdentados
De rabizas haldudas
De jóvenes promesas
De poetas que un día se creyeron que en el principio era SU palabra
El agujero incierto
se precipita al mar.
¿Por qué te me escapas una y otra vez ,
cruel y esquiva
y me miras de soslayo y me tratas de tú?
Sábelo bien,
Cercano está el día en que te dome
Ahora , aún te me huyes y haces como que no me ves
Escóndete, Poesía
Ignoras que te espero, a la vuelta del árbol,
con el arco pegado al hombro izquierdo ,
dispuesta a traspasarte
de palabras.
A mi amigo Jose Luis y a Febrero del 93.
En el cenote del dolor oscuro
Se quiso un día sumergir la Aurora
Casi se ahoga, agonizaba
herida
Un 129, un 130, Un De profundis Un ¡Ven a mí , Ahora!
La RuaCH la escuchó
Llegaba el día
Rescatada la Aurora, amanecía
Partiose la RuaCH, Alba incendiose
Trocose la amargura en Alegría
Cenote en Llama
RuaCH
Zarza encendida.
Aquella brisa suave, Aurora ungida
Rugiole al LeViaTHaN
¡Ni se te ocurra !
ANÍ TOV, HAI !
El bien soy, ViviendodoylaVida
El cielo era una naranja amarga
de lluvia sin pájaros
«¡Ja -Paladeó Caperugris-;
Otro lobo daltónico!» …
Mamá: Amor. Enjundia. Entiendo
Una liebre
escapa entre los surcos
Luna llena
Las rosas nuevas
En el rosal de oro
Hieren la niebla
Si pudieras dormir
Si pudieras
Soñarías con circuitos líquidos
Con significados para palabras como emoción o tristeza
Con besos
Con cosquillas
Si pudieras dormir
Si tú pudieras
Se aliviaría tu memoria.;
Pondrías en paz tus bases de datos
Entenderías lo frágil
Por eso , a veces, te reinicio.
Con la esperanza de que me comprendas
No olvidaré tu cara ni la mía
Ni el dolor
Ni las lágrimas
Ni el miedo
Ni la sangre ,que golpea en mis pulsos,
Olvidará jamás.
No olvidaremos
Y mientras quede una sola garganta que lo grite
Un aullido al cielo de la tarde
Una mirada
Que desafíe el caos
No olvidarán
Y tú. Y yo y ellos,
Y el mañana sin rostro
Y el presente que se derrama imperceptible
Seremos en el sol de la tarde y en el amanecer del día
Rugido poderoso de quien vive.
En una estrella azul vivía una niña
Que se montaba en todos los tiovivos
reinaba en los juguetes,
en los dulces mejores,
en canciones que sabían a lluvia
A aquel lugar se llegaba enseguida
Se cerraban los ojos ; se decía :
«Papá, la estrella azul”
Y el padre, desgranaba ; sin importar problemas o cansancio,
Un “Habíííía una vez”; con tilde en el “había “…
Hoy, que no puedo cogerte de la mano,
Daría cualquier cosa
Por cerrar bien los ojos y decir
-Papá: “La Estrella azul “
Y escucharte de nuevo
Aquel “habíía una vez “
Como una nana.
Un corazón puro -dijo el ángel-
Va por el mundo bañado en Inocencia
Contempla con asombro aspid o flor
La ternura lo arropa con su velo
La mentira lo ronda,
El Mentiroso se precia de colgar corazones de niños en la adarga
No cuenta nunca con que la Inocencia
Que es la Luz misma,
Hace inútil su alarde de payaso
Un corazón que late en Inocencia
Es escudo y espada contra el miedo.
Sigue leyendo →Soy un eficaz ratón de campo
Voy buscando semillas, grano
Escaramujos,
Soy un eficaz ratón de campo
Durante un tiempo
Creí ser ratón de biblioteca
No pude. Amaba demasiado
Las palabras
Soy un entusiasta ratón-león de libros
De vez en cuando
Observo alguna casa
Por ver si , de los huecos, alguno
Pudiera ser hura o despensa
Yo soy un eficaz ratón de campo
El otro día
Atisbé tras un seto
Venías, cargado de promesas de maíz
¡Tenías libros!
No lo dudé
Estoy aquí , te observo
Yo sólo soy
¡Un eficaz ratón de campo!
Esta noche habrá lluvia de estrellas
o – como cuenta Mónica Fernández Aceituno-
Habrá Ángeles que vuelen con sus jarras de oro
Para llenar de aceite los olivos
Esta noche es noche de perseidas
Y mientras tanto yo, pataleo en la cama, pensando que otra vez
Cae el cielo cuajado
Y estoy sola.
Que te elijo
Silencio
Cuando tristeza
Me entrecava los hígados
Que te elijo
Y me tapo contigo
Cuando se me deshojan las palabras
Silencio
Que te elijo
Porque si elijo grito
Me desgarganto toda
Te elijo,
Ven, Silencio
Y abrígame
los ojos
O los labios,
resecos de decir
sin hablar nada.
Cuando uno mira el mundo
Nunca piensa
Que luego será otro…
¡Cuántos mundos se viven
De células adentro!
Qué absurdo del yo hago
¿Que no hay yo amo,
respiro,
palpito,
Tú ,sientes?
Recuerdo la largura y anchura del verano,
Los ojitos brillantes
de las lagartijas en las tapias
Lo fresco de los patios
la necesaria pereza de la siesta
—la tarde suspendida—
Las ganas de aventura a pie descalzo
Recuerdo nuestras caras, manchadas de ciruelas,
los churretes de barro,
las esquilas,
Recuerdo que hasta el riego era una fiesta
Y que el dolor era cuestión de mercromina
Recuerdo cómo todo era posible
Cuando éramos niños.
Todo cuerpo
Ni celeste ni opaco
sumergido en un ego
Experimenta un descenso
Al abismo
Igual al volumen del ego que no desaloja
Es lo que pasa
Cuando los cuerpos ni opacos ni celestes
Olvidan que hubo días
En que fueron un alma.
A veces
un cielo azul
no basta
para curar un alma
pero aligera el peso de los días.
Hermosa
Dulce amiga
Escucho tu canción
Y lo que enseña
Soledad
Y qué injusto
que tu lugar lo ocupe la tristeza.
Toda la noche había soñado con pájaros, pájaros pequeños, del tamaño de un pulgar, muertos en sus jaulas.
Odiaba esa pesadilla. La última vez que la tuvo, la despertaron de madrugada para contarle que su abuelo estaba agonizando.
Ahora era ella la que se incorporaba en la cama, casi de un salto, con la boca pastosa y un peso entre las cejas.
-«Rompe con ese bloqueo», le había aconsejado su terapeuta, cuando le hablaba de sus fantasmas. » Es importante que aprendas a cortarle el camino al miedo. Cuando sientas angustia, cambia de actividad: date un paseo, ordena el armario, dúchate, depílate ¡Lo que quieras! pero a fondo. Procura poner los cinco sentidos en lo que hagas.
Siempre había sido dócil. «Tal vez la ducha me ayude a saber dónde está el suelo», se animó mientras reptaba hacia el cuarto de baño.
Antes de meterse bajo el agua, rebuscó en el cajón del armario hasta encontrar una maquinilla nueva. «A fondo, Aaaaaa fondooo» comenzó a canturrear al sentir la ducha tibia.
El primer corte la sorprendió un poco. La quemazón en el tobillo dio paso a un hilillo rojo que se empeñaba en huir hacia el desagüe. «En las rodillas, la sangre es más oscura» constató al advertir un segundo borbotón pegajoso. «A fondo, probó en las muñecas. Recordaba cómo Dimas le dijo un día que a veces el dolor físico es mejor que el dolor de alma…a fondo…
A fondo…en los muslos se dibujaban dragones chinos, obstinados en un raro desfile. A fondo, deslizó un dedo mojado desde la nuez al hueco entre las clavículas.
A fon…do
La belleza sorprende
Sin defensa posible
empapa desde dentro
Desarma
Sobrecoge
Va más allá de ojos o de modas
Nunca se da en el ruido
La belleza
Te aquieta y te sacude
Intensa y suave
No es temblor, es ola
Y ¡Qué ganas,
Belleza,
de inundarse!
Te buscaba en los charcos
Entre los agujeros de las redes
En el juego tahúr de las palabras
Te busqué, me buscaba,
Me sorprendí de nuevo
Atada por el hilo. El hilo
que esta vez era nuestro
Esta vez sí, dijeron las sirenas
Esta vez, esta vez, replicaron
Los corales cansados
Las anémonas
¡Cierra los ojos! ¡nada!
Decían, las estrellas de mar desde los fondos
¡Nada! gritaron caracolas
de espiral imposible
Sentí el tirón del hilo
Lo sentía
Me reventé del ombligo a la boca
Nada ¡Nada!
Y nada
Nada
Nada
Amanecí en la orilla, otra vez,
Otra…
nada
¿Recuerdas?
Era tu pelo
Eras niña
Y yo
Siempre tendré esa foto en mi retina
Eras hibisco y eras
La delicadeza.
Vivo en el mar de trigo
Me asomo, cada día,
a ver sus oleajes
Me despierta
el olor terrenal de las espigas
el quererse los pájaros que nadan
en este mar de pan
Cinco amapolas rojas,
se disputan la linde
Aquí, en el mar del trigo,
Sólo se impone el sol.

Un aleluya de agua
Cae
Sana
Agua
Sobre justos
e injustos
Y el cuerpo ¡tan sin peso!
Por una vez es agua con el agua
Resurrección
del Wadi
Aleluya
del
Agua
Me queda la memoria del abrazo
De ti, cuerpo que acoge
De las ganas
de bucear, a pulmón libre, en el beso
¡Es tan tuya la forma de dejarme
indefensa y segura …!
Me queda la memoria
De perderme de nuevo al encontrarte
Me queda la memoria de tu abrazo
Tus labios en mis ojos
Coinciden un instante
Inevitables -dices-
Cosmos
Digo
de @iubionce
Cuando Sirenita 3.0 descubrió sus piernas, se hizo un selfie y lo reenvió allende los océanos. Alma… pensó ¡ja! 
de @iubionce
Hay milagros diarios. Fenómenos de atmósfera
,dicen,
Los que dicen que saben.
Yo
Solo vi el milagro,
De la luna y el sol, besándose de lejos, y ambos ,despidiéndose,
Para que no se viera,
Que en el fondo uno
Y una
Comparten cielo.
Yo lo vi. Ve la prueba
Y … si ellos
Habitan
Una realidad curva como otras,
Oscura , como tantas
Y fría, como el Cosmos;
¿Por qué no puede ser
Que tú y yo
Compartamos
Luz en la oscuridad
En ese soplo frágil de un
AHORA?…

En Gádahar,
era siempre verano
La acequia rebosaba
Las estrellas huían cada noche
por encima del olor de las lavandas
En Gádahar
-la tierra de unicornios-
Vivir era un columpio,
Y correr sin cansarse
entre surcos de tierra
En Gádahar el tiempo se paraba
Por eso,
Cada día
Cierro los ojos y vuelvo, por un momento, al sitio
Dónde sé que me esperas
Y que hoy es hoy
En Gádahar.
Eres un Fénix
dijeron
Y se dieron la vuelta
para no verla abrasarse.
Suaves
como un susurro
pequeñas mariposas azules
vuelan
de la arena a la hierba
de la hierba a mis pies,
a mi brazo, a mi hombro
Un arroyo
corre sin saber cómo
A veces los milagros
suceden
en silencio
Me canso de esperar
Me puede el ansia toda
No aguanto
esta lluvia clorhídrica en plena madrugada
¿Será verdad que solo estoy dormida?
Pero los ojos duelen, duelen los muslos
Duele este viejo corazón de tripas
hecho.
Duele y sin embargo
¡Qué ganas de vivir a galope tendido!
Me puede el ansia toda
Ya no espero.
Ahora
Que tengo tantas ganas
de navegar a Ítaca,
Que el viento
Me susurra
las palabras precisas
Ahora,
que el corazón me pide
volar
al sur o al este
No me aguantan los pies
varados en la arena
Con la próxima ola
me habré ido.
Estar y ser
Movimiento y
Raíz
Sólo quien nace
nadando en los dos verbos
Percibe su redonda maravilla
Estar y ser
Presencia y transcendencia
O ser y estar
Don y regalo
Que no es lo mismo estar o ser aquí y ahora.
Si cada uno viera
Si tan solo un instante
Amásemos
Si nos diéramos cuenta
De que somos el mundo
En nuestro añico roto
Entonces, se daría
Tikún Olam
El alma de las almas
Seríamos el TODO
Y , bajo el hielo,
Un corazón de miel
Espera …



Soy todavía un puerto
Vienen los días
noches
Se van médulas
Linfas
Plasmas ciegos
Vienen escalofríos
Vuelven
Arañazos anónimos
Pleuras rotas
Parten caricias
Regresan
besos
en los párpados
Acaban
aquel día
En que pasaste
un dedo
suave por mis cejas,
otro -muy otro-
debajo de mi ombligo
Soy todavía un puerto
Entre mis muslos
Una dársena dulce
Espera.
Bajo la luna de otoño
Las hojas caen
Un zorro grita
Sí
Cuando la escarcha llegue
Seguirá mi calor
Late contigo
Las hojas se aferran
todavía al árbol
Un zorro grita
¿Cuándo el hielo las rompa
seguirá tu calor?
Llover
¿Llorar?
Llover
Lloverse
Convertir en riada la riera
Y lloverte por dentro
Y deshacerse
Me pica la poesía
Me hurga por las tripas
Me desata
Me llueven las palabras al estómago
Me desazono toda
No concibo
La vida sin decir
Corazón mudo
No es corazón
Es trapo
Me pica la poesía
¡Si no cuento, reviento!
Caminar
Parece un acto simple
«Caminar es querer ir a algún lado»
Dijo su abuela
La niña quiso, fue
Mas no era solo ir
Caminar era
respirar,
conocer , sentir el frío, el sol, bañarse en
Poza oscura
En mar abierto
Y la joven pensó ¡caminar es tan ancho!
Y quiso, conoció, salió temblando, le ardieron los caminos
Caminar es querer
Se dijo un día la mujer de caderas redondas,
Y quiso y caminó penas prietas, pasos pequeños, saltos de gigante
Caminar ¿era esto? Se dijo, algo cansada
Se asomó al borde de la senda
¿Caminas? Le preguntó una niña
Ella Pensó: Camino, amo, soy
Contestó ¿Caminar?
«Caminar es querer ir a algún lado…»
Camino entre los surcos
La luna mira
otra noche de cárabos
Olor a tierra
Un pellizco
Un pinchazo tan mínimo
que apenas sí se ve
Un soplo
En el fondo del hara
Un ¿ves?
Una fisura del todo imperceptible
Sonríe, olvida, quita
Mira hacia el otro lado
Porque si un día te acercas
Huracanes sin nombre
Te arrasarán los ojos.
Cuando llega la noche
Y me envuelvo en el nido de las sábanas
me ovillo, me acurruco,
me cubro la cabeza
me acuno desde dentro
con los ojos cerrados
Sueño con
un abrazo
una mano en mi pelo
Y otra en mi cadera
una caricia-abrigo
con que cruzar a salvo
el río de otra noche.
Cuando vengas será
un día de sol,
de sábanas tendidas
Vendrás y el cielo parirá
pequeñas nubes blancas
Olerá la lavanda
Zumbarán las abejas
El aire será siempre de sábado a las once
El café olerá rico
Habrá pan recién hecho
Cuando tú vengas
El olivo y la encina serán viejos amigos
Los geranios del arco te rozarán la cara
La arcilla del botijo rezumará agua fresca
Cuando vengas, el tiempo será hoy y ahora, sólo Ahora
Y en el espacio, un SOMOS se reirá de los mapas
Hubo una vez un niño,
-casi un joven-
que buscaba palabras debajo de las hojas
Su ansia era tan grande
como grande era el mundo
que se abría a sus ojos, a su lengua,
a sus poros de cachorro destetado
Sin perder un segundo
consumía los verbos
paladeaba adjetivos
rompía las flexiones y los grados
Se bebía de noche las coplas antiguas
y aullaba en las esquinas
pentámetros salaces,
para disimular su hambre de ternura
Hubo una vez un joven
-casi un niño-
Que aprendió un día a atarse la corbata
A hilar citas sagaces, a triturar horarios
A apurar -cielos, pretendo- por qué lo trataban así los calendarios
Hubo una vez…
Ahora
Cada vez que lo veo
y logro, en tres segundos,
llegar al niño que hubo;
toco, otra vez,
el fondo de las cosas
y reímos los dos
ante la misma estrella.
De, con, en
Sabias preposiciones
No ocupan casi espacio;
Sin embargo,
Encierran una enjundia insospechable
De, con, en
Entrañas
Vestidas de gramática
¿Ser de ti?
¿O ser y estar contigo?
Ser en ti
Estar en ti
En, vertebral , orgánico
EN TI
En ¡EN, EN!
Como un latido
Él le mordió los pies
Fue casi un accidente
Ella leía al sol
Los talones al aire
Él tropezó sin querer
Ella leía al sol
Él le comió un pulgar
Mordisqueó tobillos,
Fosas poplíteas, ay,
Se merendó los muslos
Cruzó a mordiscos pliegues, cordilleras,
Buceó en el ombligo
¿Ella? Ella reía desde el fondo del libro
Y cuando se encontraron
Diente a boca
Se descubrió feliz
Y devorado.
Sigo tu hilo
A veces lo entreveo
Como una banderola entre la niebla
Me acerco
Me agazapo
Alzo una ceja,
una oreja
Asomo la nariz tras una roca
¡Ay, que me ve!
Me escondo
Disimulo
Te huelo
Repto
Avanzo
Te venteo
Atisbo (ahí está, tu hilo)
Sigo avanzando
Suave y
bobómboBómBoBón de corazón que se me estalla
Tonto ¡Que te va a oír!
Le digo
¡El HILOoo El hilo!
Pienso
Y tú te has ido.
No te salgas del sitio
No te inundes
No tengas prisa
No hables
Déjame
Ocupas mucho espacio
Calma
No
No
No
Y ¿esto?
Tampoco
Que esto es mío y esto y esto y esto
Y al final ¿Qué?
Un No en un sí tal vez puede
Si acaso
Otro No de regalo
Y -como has sido tan buena-
Dos noes de este a oeste
Y puntos suspensivos
Telón. Fundido en negro.
Luego
NADA
Nunca más la mordaza
Ni el ahogo
Ni ese grito-lejía que no acaba
No más»siéntate
bien, ponte derecha»
Nunca más
«tú sabrás, yo te lo dije»
Y no más
¡hay que ver, qué exagerada!
¡Nunca más, nunca más !
Nunca el peso
de otros en las alas
Nunca más
NUNCA MÁS
NUNCA SIN ALMA
La flor
La hormiga
El charco.
La piedrita
El reguero del musgo en las paredes
El rocío en la hierba
La mariquita en la hoja
El olor a jazmines y a lavanda
El resol en la espalda, como una caricia
El aire en los pulmones
Fuera
El caos.
Ser un hada es difícil.
Casi nadie las ve,
solo su halo,
brilla, a veces, en el cabello de las hadas
para un par de suertudos.
La mayoría, empero,
ciegos y tontos,
quedan descolocados
ante el paso de un hada
Sin saber que -a las hadas-
nunca les importó ese desconcierto.
Ellas, que son de luz,
tienen misiones. Cosas de hadas que casi nadie sabe: amar, mover montañas, provocar tsunamis interiores, transformar en color todo lo feo…
Son tareas pesadas.
Por eso, a veces, solo a veces,
Algún hada,
En un acto supremo de amor y de aleluyas
Parece que se apaga
Es entonces cuando las otras hadas, la rodean, la alzan en el aire
y causan en nosotros
una lluvia de estrellas
Que nos bendice y lleva
a la verdad de todo.
Shaná tová, mi amor
Es tiempo de la risa,
Haz sonar el sofar como aquel día
Porque es tiempo de risas
Tiempo de amor, Amor,
Tiempo de lucha
Shaná Tová
No hay guerra sin amor,
Ni amor sin risas
Shaná Tová, mi amor,
Como aquel día
Porque es Amor la única batalla
que merece la pena ser luchada
Se extiende
de tus manos a mi pelo
una frecuencia única,
Una sola
Y mi piel de tambor rompe lo quieto
Nunca otra llamada fue más honda
¡Por fin: se fue!
Dolor. Es un concepto extraño. Sencillo y complejo. Denso. Omnipresente. Útil, cabrón. Vaya regalo, el dolor. Y sin embargo, ahí está. Para recordarnos que estamos vivos, que limitamos por todas partes con lo de ahí al lado. Y vaya si lo consigue.
Es la herida un silencio
Una sed
Una gloria
Es . La herida.
Una fuente que mana de por dentro
De continuo, de lejos y de siempre
Es la herida. La más vieja y voraz, la más. Lo más. La costra y otra costra y luego
Herida. Meconio , pus, rotura,
y luego
Un abismo epic fail
Es esa herida. Esa y no otra. Esa
Y lo peor, el desgarro de ver que, de la herida.el fin no tiene fin
Es esa herida
Su corazón era fiesta.
Ya no tenía sed
Perséfone
perversa
Se mordía los labios
Semillas de Granada
Quiero un cristal de tiempo,no quiero,quiero un cristal de tiempo, no quiero, quiero un cristal de tiempo,no quiero,quiero un cristal de ti
Ella dijo que sí
La vida sigue
y Tú;
no mío,
nodenadie,
Eres
¡Qué más puedo pedir!
ERES
Y basta.
Chispi; el arrabalero, mil leches de casta, poeta del resto, desfacedor de entuertos, chache de los descampaos se ha ido hoy al cielo de los perros, a poner el hocico en el regazo de algún angel montuno, que hoy, gracias a él, estará más contento y menos solo, bajo la encina más grande del campo charro.
Vacía y llena
¿Contradicción?
Esperanza
Bajo la encina
espero
sin dimensiones
sola
espero
Bajo la encina,
el camino
de tierra
se
ondula
solo
Bajo la encina
sola ,
solo
Espero sola
Bajo la encina
Leia Cálico leía
por encima del hombro
de su amo,
Leía, la gata en la ventana, disimulaba
Fingía avistar pájaros
Cálico Leia, la de astutos bigotes
Por encima
del hombro de su amo
Husmeaba y lamía
Libros secretos para lectogatos.
¡Ja! Paladeó, triunfante, Caperugris. Otro lobo daltónico …
Tristeza; de ti me fui tan sola, sin saber que venías conmigo, como todo, para enseñarme amor.
En la última semana he recibido no menos de tres artículos acerca de supuestas mejoras estéticas que se consiguen a golpe de bisturí o inyecciones milagro. Las novedades son, como mínimo, inquietantes, por no decir que me causan cierto asco y bastante preocupación. Almohadillas falsas para que los pies soporten los taconazos, remodelación de nalgas, pechos u ojos para que; si una es blanca, parezca negra y si es asiática, blanca. Decoloración o pigmentos para la piel, absorción de la grasa en el interior de los muslos, afilado -atención odontólogos- y apiñamiento de dientes para crear una «sonrisa ingenua e infantil», cirugía destinada a rejuvenecer y ¿embellecer? los genitales. Hilos tensores inyectados por todo el cuerpo para que no se note que la piel ya no tiene veinte años, que la vejez es fea y hay que ocultarla…
La cirugía reparadora es, sin duda, un bien necesario. Ayudar a personas que sufren enfermedades o accidentes a recuperar una vida normal o la confianza en sí mismas es un logro. Con todo, el tiovivo del que hablo más arriba, nada tiene que ver con eso. Es pura y simplemente una máquina tragaperras, que juega con el físico y la mente de personas.
El caso es que la labor de zapa en la mente de las mujeres empieza desde bien pronto. En casa, en las series infantiles; hasta en los anuncios de juguetes se nos envían todo tipo de mensajes que confunden identidad y aspecto, parecer con ser y tener con lograr.
Cada año es una cosa. Los pies, los ojos, el trasero, el pecho, el ombligo, los tobillos, las rodillas, el blanco de los ojos… La parte por el todo, para que el negocio de la insatisfacción no deje de crecer y el río de dinero siga fluyendo. Lo peor es que me reconozco en las mujeres que se miran en los espejos de los probadores con aire desalentado. Recuerdo cuántas veces me he avergonzado de mis caderas, mis piernas o mis brazos y me dan ganas de gritar. Metonimias perversas.
Ella olía a avellana -Ella olía a avellana, a praliné,a barquillo, a caramelo. Él, hambriento de sus ojos, la esperó cada día y se dedicó a fusilar, durante un año, a Neruda, a Benedetti y a Salinas. Primero a voz en cuello, luego en grandes pancartas, luego en notitas en forma de avión, que chocaban en el cristal del kiosko. Ella, sabedora del plagio, se hizo la tonta como tantas veces…
Ya se lo decía su abuela: » Alonsito Fernández, usted me acaba con el cráneo de tamaño avellana». Y así fue, Gabriel, amigo: A fe que aquel que osare fusilar tus obras mereciera sufrir de nuevo el ataque de los jíbaros del plagio. Y si no, pregúntale a maese Shakespeare, que diz que quieren decir que ni escribió…
¡Hide…plagio! ¡celebro de avellana! ¡mentecato!» masculló Don Miguel al descubrir que un tal Avellaneda le acababa de fusilar su Don Quijote.
Lucía, alma de río
sol redondo en la negrura
dulzor de toda amargura
calor del escalofrío
Haz que tu sueño y el mío
se enlacen en un danzón
¡Baila Lucía ! El son
te acune en esta guajira
Sonríe, duerme, respira
Te abrigaré el corazón.
Lucía, te harán cosquillas
los pies, los dedos, las piernas
baila esta guajira tierna
que se marcha de puntillas
En tu río, las orillas
tienen las caderas suaves
Sabemos, saben, lo sabes
que están hechas de limón
Baila, Lucía, al timón
de la mejor de tus naves
Yo te abrigo el corazón,
Lucía, niña dormida
baila, báilale a la vida
báilame a ritmo de son
baila, báilale a la vida
Amarga, dulce, sentida
viene la cadencia oscura
Del tacón a la ternura
se ha dormido la guajira
de Lucía, en un rincón.
Mi hijo me ha dado hoy una de esas lecciones que suelen dar los niños. Dos minutos para la entrada en el cole. Carrera va, carrera viene, como muchas mañanas. A veces me doy cuenta de que el reloj de los niños no cuenta como el nuestro. A veces no. En más de una ocasión me descubro metiendo prisas desabridas, como si sirvieran de algo. Y me siento mal.
Hoy, a las 8:59, caminábamos por el lateral de la verja del colegio, sin querer acelerar. Alcanzada la meta, me paro un poco antes de la cuenta y le doy el beso de despedida. Siempre procuro tomarme tiempo para ese beso, porque soy consciente de que Gabriel está creciendo y temo el momento en que me diga «mamáaaa, aquí no», como les ha pasado ya a otras madres.
Cuando ya me había dado la vuelta para dirigirme al coche, noto un tironcito en el brazo. He llegado a pensar -ya está, alguna que me viene a contar algo para la asociación de padres- Me vuelvo y allí estaba Gabriel, muy serio. Repaso mentalmente » ¿qué nos habremos dejado esta vez?» . Pregunto: -¿Qué pasa ?, consciente de la puerta que se abre y de la riada de colegiales que empieza a disminuir…
-«Que te has dejado el abrazo» contesta con brazos abiertos que no admiten esa porquería del «no llegamos». Me agacho, recibo uno de los mejores abrazos del mundo mundial y lo veo sonreír satisfecho mientras dice:- «Así, sí». Se da la vuelta con la mayor tranquilidad y entra en la escuela, sin ser consciente de que, una vez más, ha vuelto a dejarme claro qué es lo que importa.
«El Jabberwock de Carroll- leía Iubira en el Catálogo de buenas bestias de la profesora Anna Quilicus Canus, de la Augusta Bilbilitanensis Universitas– es originario de las islas británicas. Fue descubierto y bautizado por Lewis Carroll, el oscuro, de quien recibe su nombre. A juzgar por los escritos del propio Carroll y las ilustraciones de Tenniel se trata, sin duda, de una criatura inestable, capaz de cambiar de tema y rema y sin embargo susceptible de ser vencida por un niño. No se conocen especímenes criados en cautividad»
-«Anita, te has lucido», le dijo Iubi al libro, mientras lo cerraba de un manotazo… Jodío Sir Rabyass, a quién se le ocurre darme a éste, éste, éste,
-¡JABBSZZZZ, la interrumpió un gruñido semejante a un sifón con poco fuelle. Jabbzsssjazzzss. .. Al poco, una criatura del tamaño de un hipopótamo, se incorporó de entre las mantas que le servían de cama a la reina cuando salía de viaje. En el fondo de la bolsa de Iubi, la céfiro Mim, oteaba espantada, como cada día, todos los días, las proporciones y feroz aspecto de aquel, aquel ¿Qué decía Iubira que era ¡Aquel Yaberguoccc,! ¡iubibbuyú ‘jieodasz!¡ uips ! desapareció la céfiro tapándose la boca.
El Jabberwock de Carroll, subgénero Deltei carecía de escamas o cola, como su pariente británico. Según los estudios del Señor Darwin, que Iubi revisaba a menudo, este tipo de Jabberwock , a pesar de mantener algunos de los rasgos de carácter de la especie original, sin duda había evolucionado para adaptarse a las peculiares características del Delta. Hecho que explica la doble capa de pelo que lo protegía del frío, del calor y de la humedad, y el color rojo, esencial para camuflarse en los limos del Delta, si era necesario. Ese color, precisamente, era el único que esta criatura percibía, con vistas a localizar a sus congéneres, de natural solitario y esquivo, en época de apareamiento.
La mole peluda avanzó en todo su enorme volumen hacia la reina, que le tendía un cubo de patatas y zanahorias cocidas con un chorrito de aceite¡ jabszsss saszsas mamnf grounf manpf, rosclc,! fue todo lo que se oyó en los siguientes buenos diez minutos. Tras ellos, la bestia se abalanzó sobre un tanque de agua coloreado en rojo. En el tanque , una mano de trazo firme había pintado en negro las consonantes JBWCK.
Cuando el animalito acabó de beber, se tumbó panza arriba en prueba de total confianza, con tal estruendo que MIM casi se queda sorda del panzazo. Afortunadamente, el relleno de algodón y plumas de la bolsa hizo su papel. Iubira, se ovilló un momento a la altura de aquel remedo de yak y comenzó a rascar aquí y allá, donde su sentido común bien le dijo. Jabbsijabbs, Jabsijabbs, canturreaba, quietecito te estarás, las garritas limaré, los dientitos serraré, los ojitos lavaré, Jabbsijabbs, te peinaré. Contra lo que cualquier ser sensato hubiera pensado, el bicho parecía disfrutar grandemente de todo aquel proceso. La reina rascaba, limaba, serraba, lavaba y peinaba, y la criatura, con los ojazos cerrados , se dejaba hacer como si aquellas torturitas fueran lo más delicioso del mundo.
De vez en cuando, una mosca osaba acercárseles demasiado. Entonces, en una fracción de segundo, la reina escuchaba un rápido ¡fluaskash!. Una llamarada azul surgía de los ojos saltones, color yema de huevo, de la bestia ¡y adiós insecto!.
-«¡Guaza tiene el anhelito!, decía de vez en cuando el zíngaro Carlphillip, al observar semejantes habilidades. Trabajo da un rato, pero… ¡Hay que veh, lo que te ahorras en flih! ¿Tás planteao enseñal-le a chiscar la hoguera?»
La reina Iubira nunca contestaba. Demasiado tenía ella con hacerse cargo de aquel elemento que le vino a la puerta de casa, una mañana de diciembre, cuando sólo era una bolita moníiisima, un pompón esponjoso de grandes ojos amarillo canario, pestañas de avestruz y garras que harían palidecer a un águila real.
El angelito llegó en una cesta de paja, con una almohadita por todo equipaje y una engolada nota de Sir Awkwardus Totally Rabyass, inquilino forzoso de las cuevas de Nuncamentero y Señor-o al menos así rezaban sus tarjetas- del condado de Wrongleshire, entre Melaina y Cáspita.
«Queridísima amiga, Blablabla ruego tenga a bien acoger en su hogar a esta deliciosa criaturita, que a buen seguro encontrará refugio en sus delicadas manos. Con todo afecto, su segurísimo servidor , blablablablab»
Sir Awkwardus Totally Rabyass, Señor del condado de Wrongleshire
Qué petardo eres , Sir Rabyass, pensó Iubira al leer la caligrafía alambicada del Conde. Toda una vida aposentado en tu hura de Nuncamentero, y me sigues tratando de usted y haciendo gala del título, ¡Condado de qué, condado de brongle-porras! Pero qué condado ni condado , si llevas en el Delta 25 años, comiéndote mis pistos, trayendome leña, cazando gusarapos fantasma, hablando a gritos para nadie, levantándote a horas intempestivas, comunicándome hasta cúando te cortas las uñas, y ni siquiera sabes cómo volver…
Pero eso sí, mucho conde por aquí conde por allá, y me apeas el tratamiento POR ESCRITO, serás …
A los tres segundos, el Jabberwock, a quien llamaremos JBWCK , de cuando en vez, volvía a plegar sus pestañazas de avestruz prehistórico, Iubira tornaba al acicalado, y la Mim, nerviosa y divertida, se iba planteando cuál sería el momento perfecto para asomarse al exterior. ¡Hoy no toca! se decía. Sin embargo, nada, en aquellas once de la mañana podía hacer sospechar, lo que se les venía encima. Mas que venírseles, se les derramó.
Cuando Iubi se disponía a lavar los trastos de JBWCK, un estruendo similar al vigésimotercer congreso internacional de campaneros y tocacencerros de Corujos del Tímpano, la hizo saltar hacia un lado, rodar, y guarecerse tras los riñones del Jabberwock, con la bolsa de MIM bien agarrada al pecho.
Rediéz, que tronada, pensó Iubira, que en los momentos de peligro abandonaba todo protocolo y hablaba con el mejor acento del Delta. Tendré que preguntarle al maestro tambores por qué se pone a romper la hora sin avisar… -el caso es que a tambor, no suena, ¿Será un ciclón? No, no es habitual en el Delta, aunque la última vez que pasó la Petra, casi ni lo cuento, Dios, qué ¿? Pero si alguien ha puesto un altavoz, ¡Y sin permiso! . Me van a oir…
TLOINNNG TRIOLOOOLOUOINGGGGG BRIONG BUNG CLOINGLDOLIFONGNLOINNNNNNNNG
» Túuuuuuuuu,
tú me crujes la cabezzzzzzza ¡beib!
Túuuuuuu,
me corroesssh la corteza,¡ beib!
Tu me arrasas,
me trrraspasas,
me trasciendes
que te passas,
Me iluminas,
me fascinas,
me taladrassss las anginas
Y me llenas
toas las venas,
de glamúuuuuuuu…… (Trololottohoing lgoing gloirngggg)
Sí túuuuuuuuuuu uhuhúuuuuuuuuu
Tu me diste la cerrrrtezaaaa, ¡beib!
De que aquí y en Hortalezza, ¡beib!
ya no exijte
ni se vijte,
una nena,
tan Trremenda,
tan fetén,
tan ejshtupenda
que te muela los riñones
y te altere los neutrones
y te…..¡exprima los limoooones!
con el son de sus taconeshhhh
Y ejque Tuuuuuuuu UUUUHuhhhUUUUUUUUUUUUUUUUHH (GLOINGPRINGLROIOINg uHUHHHHHHHHHHHHH
– «Pero se puede saber qué es este desati-¡NO!
La reina Iubi, todavía en zapatillas de andar por casa, no podía creer lo que veían sus ojos. El vinchiukordio, un soberbio instrumento de palisandro lacado en rojo china con dibujos de dragones llameantes, era un VINCHYUK & TUFARCEK auténtico, a juzgar por las enormes letras de oro y el símbolo del insecto patas arriba, incrustado en taracea de jade.Sentada en una curiosa banqueta con la forma de un globo terráqueo, una Titán bellísima, que bien hubiera podido cargar con el vinchiukordio, la banqueta, y el JBWCK juntos y bailarse un chotis de baldosa, perpetraba a grito pelado una, digamos melodía, de aires briosos, cuyo origen no se acertaba a identificar. El Jabberwock, que inicialmente había iniciado un galope «palláquevoy» se quedó muy sorprendido. En fracciones de segundo pasó, del trote marcial al cochinero, luego al paso, y por último, a la retaguardia de Iubira, que frunciendo el ceño, le espetó a la Valkiria:
Pero Teclaaaaa, que estas no son horassssss,
Chata, es que me ha agarrrao la inspiración. y Ya sabes que cuando me agarrrarraaaa ¡aaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAtschua! ¡Aaate schua chhuA schuuuuuá COF, COF, COF!
TECLA TREMEBUNDA TITÁNEZ, rugió la reina, que aunque al lado de la titán resultaba más bien delicada, tenía un genio de singular tamaño, Otra vez fiebre del coral. ¡Otra vez! Y oooootra vez sin esponjas a mano. ¡Pero será posible!
¡Aigh, Iú, no me ansies tía!, parodió la Treme, con más cara que espalda. El momento es el momento, y además mira ¡acabo de estrenar sandalias churrikowski !
Era cierto. Uno de aquellos pies, que podría haber rivalizado con el de la reina Bertrada, asomó bajo la takshita bordada a mano, recién traída de Fez. Tecla tenía estilo, eso no había quien lo dudase. Titán, al fin y al cabo, había recorrido el mundo unas cuantas veces, sosteniendo una isla allí, apuntalando un monte acá. Y entre labor y labor, se iba haciendo un señor fondo de armario; en su caso , un sinfondo, porque no había tienda de telas, tejedor de hilo, seda o lana, ni zapatería,, joyería o sombrerería de postín en la que Doña TTT no hubiera irrumpido como una tromba, con las famosas frasecitas: «No tengo qué ponerme». «Quiero eso, eso y eso también» y, la mejor de todas: ¿Tienen uds. coturnos, sandalias o botas del número 56? Y a ver quién era el guapo que le decía que no.
Kanval Sethi, joyero de Calcuta, todavía recuerda el glorioso día en el que una bella y rubísima extranjera de singulares proporciones se llevó diez kilos de perlas grises y veinte de perlas blancas- «para un collarcito ¿sabe usted?»-. Desde entonces, hubo de abrir sucursal en Bombay, dado el volumen de negocio que supuso el pago de la Titán, que como digna representante de su raza, pagaba en lingotes de Titanio, o en el mineral o metal que se cotizase mejor en cada lugar. En Palo Alto, llegó a ofrecer cuarenta toneladas de silicio por unas botas de piel de serpiente en su número. Sin embargo, dada la escasez de anacondas de buena calidad, al zapatero no le fue posible atender la demanda. Tecla, por esta vez tuvo que conformarse con piel de caimán de las Everglades. » ¡No importa Mr. Lindley, es usted adoreibol!»+ repuso la Treme, y a renglón seguido, «¿No tendrá usté el bolsito compañero? Venga, no se me haga de rogar, que es usted encantadoringggg, tronaba Tecla sin querer, aporreando el mostrador
Como todos los días, nació de su geoda. Hacía todavía algo de fresco y descubrió con horror, que no sabía nada. A su lado, envuelta en lo que parecía un huevo aún mayor que el suyo, vió una figura enorme. No parecía peligrosa y se hallaba muy quieta.
«¿Quién zserá?»… se preguntaba…
De repente, la figura se movió. Del huevo grande, que no era como el suyo, duro y translúcido, sino blando y suave, como de plumas, surgió un ser. Tenía brazos y piernas como los suyos, solo que unas veinte veces mayores. Llevaba una melena larga y oscura, revuelta por haber estado echada. «Es como yo pero grande, se dijo».La grande, se giró. Miró hacia ella con una mezcla de sueño y despiste. Algo, no se sabe cómo, impulsó a la pequeñita a lanzar un grito de auxilio. Salió sin querer, como si estuviera programado por algún extraño código impreso en su garganta. De no sé dónde, la pequeña sacó fuerzas y gritó algo que ni ella entendía:
«¡Iubiiubiiubiiúuuuuu!».
Inmediatamente, la reina Iubira, extendió una mano suave del color de la arena. La pequeña tembló.
-«No te asustes» Mim,peque, que soy yo. Mira, toma, sécate, nacer es duro, dijo, mientras le tendía una gamuza que la cubrió casi por entero. La Mim se refrotó contra ella como un gatito saludando a su madre.
-¡Qué bien huelessszzz!, dijo , Hueleszzz a a a
-¿A mamá? repuso Iubira con la paciencia de todos los días, cada día.
-¡A mamá! iubiiubiiiúuuu, Iubiyúuuu . Eres Iubiyúuuuu y hueles a mammm ¿Iubiyú?
Iubi, dijo la reina. Puedes llamarme Iubi.
¡Iubi…., yubibyyúuu iubiiubiiubiiubiiubiiubiiubiyúuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! danzó la Mim, junto a la hoguera, entre los libros, por los cacharros. ¿Y si tu ereszzzz YUbiyúuu ? entonces… ¿Quién zsoy yo? Tú no tienes eztasssszzz , estaaz …?
-Alas, Mim, tienes Alas. No, yo no tengo alas
¿NO TIENEZ ALAZ ? y ¡EREZ GRANDORRRAA!. Entonces yubiyú, entonces no eres Mamm¿?
– No Mim, tú naciste sola. De la geoda.
Ohhhhhhhhhhh (exclamó la mim con aire abatido) Ohhhhhhhhhh, tengo una jieeoooda mmuy raspusosa, y brillodurusia y no sé QUIEN SOY, NO SÉ DÓNDE ESTOY, NO SÉ nada, ¡Yubibyy– yúuuuuu!. Y soltó un lagrimón, que le acabó de aclarar los ojitos, verdes y perspicaces.
Iubira la acunó un ratito.
-«Tú eres la Céfiro Mim del Delta…¿ Quién dijo tristeza?
Las Mim son alegres compañeras de viaje…
Nacen todos los días, por eso
olvidan el dolor
y todo lo demás…Y, por eso,
son frágiles y fuertes aladas y sólidas..
Eres la Mim»
¡ZSOY LA MIM, SZOY LA MIM SOOOOOOY LA MIIIIIIIM YUBIYUBIYUBIYÚUUUUUU!. Qué rico abrazas, Iubbi, qué rico lo haces todo. Tengo hambre, tengo fríoorrooo, tengo sed,¿ Cuando nozvamoz?,ametralló Mim como todos los días a la pobre Iubira, que en un nuevo alarde de paciencia, le tendió una nuez, un abriguito de fieltro adecuado a su tamaño, un dedal de agua, una hoja para el sol de la mañana y lo mejor de todo, dos pepitas de chocolate y un hueco, hecho sólo para ella, en su mochila.
-¡Mim!
-Sziiiiiíiiiiii, susurró distraída, mientras se probaba el abrigo mirándose en el reflejo de un tazón.
-Metete aquí dentro que se va a despertar el Jabberwock. No le van los sobreagudos a estas horas.
-¨YUubiyubiiiiiyúuu¡glups! cerró la boca, al contemplar el bicho más enorme, suave, rojo y de garras, ojos y colmillos más temibles que imaginarse puedan. Se escondió en la mochila y espió por un agujerito, que parecía que estuviera allí a propósito. «·Asi que eso es un yaberrrr…¡jieodasssszz! es enooodmósimo.
Jabberwock se estaba desperezando. Iubira se encogió de hombros y con toda paz, se agachó a reavivar la hoguera, para prepararse un té. Un día más, acababa de amanecer.
(Continuará)
Cuando anochecía, se dirigió despacio hacia la cala del nácar. Preferiría haber disfrutado sola del paseo. Las puestas de sol, pensaba, son mías y solo mías, faltaría más. De todos modos fue imposible. Mientras se ataba las sandalias, observó de reojo a una Mim deslizarse en su cesto de paja. No se molestó en espantarla. Las Mims son pizpiretas y alegres compañeras de viaje. Aunque olvidadizas y alérgicas al frío, tienen el don de revolotear en los corazones hasta hacerlos sentir ligeros como una mousse. Y esa es toda una cualidad.
Al llegar a la playa se descalzó. No hacía frío. Sin embargo, decidió prender una buena hoguera para cuando él llegase.
Lo esperaba hacía tiempo. El Zíngaro CarlPhillip se había amanecido hacía años por el Delta, cansado, sucio, y con las manos cosidas a zarzazos. Iubira supo entonces que había encontrado la puerta del olvido, la que normalmente otros cruzaban para salir del Iub. Contra toda lógica, su instinto de reina bruja ni se molestó en prevenirla. Lo miró, lo olió y supo inmediatamente que el zíngaro Carlphillip Emmanuel, alias Sir Henry White, alias el Blanco, siempre haría las cosas a su manera, que se quedaría poco, que volvería y que, por el momento, necesitaba una cama y un baño. Y así fue. El Blanco durmió, se lavó, comió como tres osos, le regaló a Iubira una balada para ella sola, le besó la mano, se quitó el sombrero y partió hacia el oeste, con la promesa de volver.
Iubira sabía que, aún cuando ninguno de los visitantes hubiera encontrado el camino de regreso al Delta, Carlphillip lo conseguiría. No en vano había cruzado Mundo Disco como Pedro por su casa. Eso, y su sangre de reyes eran buenas credenciales. No obstante, ella se aseguró su vuelta grabándole un conjuro de retorno en la muñeca, mientras dormía. Se trataba de un «vuelve», visible solo para ella, que garantizaría la visita del zíngaro, cada año, por las mismas fechas, salvo muerte de un familiar directo o paternidad inminente. El vuelve era del todo inofensivo. No hacía daño, ni causaba pesar. Simplemente actuaba como una llamada, como un eco uterino que hacía que el CarlPhillip, a mediados de Julio, estuviera donde estuviera, agarrase el petate, cargase un hatillo de buhonero y la guitarra y se dirigiera, sin saber como, al Delta mismo, para ver a la reina más sola de todas y beber y reír con ella, por una noche, hasta el día siguiente.
Mientras Iubira avivaba el fuego, vislumbró un bote pequeño, recién calafateado. A proa llevaba el ojo que espanta los males. Dentro, remaba El Blanco. La Mim, sin poder evitar su natural curioso, se decidió a salir de un saltito de la cesta y revoloteó inquieta alrededor de su reina, como una luciérnaga que hubiera engordado unas diez libras. CarlPhillip saltó a tierra.
Reina, dijo inclinándose, con una sonrisa burlona detrás del ala del sombrero.
¡Zíngaro! Sonrió Iubira, y se lanzó a su cuello. Sólo ella podía saltarle a los brazos de ese modo sin correr peligro. ¿Qué me traes, qué me traes?, bailoteó, como una niña, a su alrededor. El Blanco mostró sus tesoros.: Aceite de oliva, cintas para el pelo, un mantón de manila y chocolate.
«¡Chocolateeee! «dijo una vocecilla rasposa en el bolso del gitano.
Lo siento -se excusó Iubira, intentando desincrustar a la Mim del zurrón del viajero- se me ha colado, no ha habido manera, Ayyyy ¡bruta! le siseó a la pequeña hada, que acababa de propinarle un mordisco en el dedo.
-¿Lo siento? ¿Pero quién es esta pispaja? ¿Tienes hambre, miga? preguntó El Blanco a la geniecilla, que dijo un sí como una lija, mientras le lanzaba a Iubi una mirada entre el desafío y el ruego y realizaba una especie de danza gatuna alrededor de la bolsa. ¿Puedooo, puedoo puedoooo? insistió la Mim, clavándole cada palabra en los oídos.
-¿Puede? preguntó Carlphillip, divertido y desarmado.
-Puedes, concedió Iubira, pero solo un poqui ¡Zasca!. En ese momento la Mim se zambulló literalmente dentro de uno de los paquetes de chocolate . A juzgar por la variedad y cantidad de los ruidos posteriores, dedicó unos veinte minutos a ponerse morada. Tras todo ello, lanzó un eructo que sonrojaría a un minero y se quedó profundamente dormida, abrazada a unas galletas de canela.
Gracias a Dios, suspiró la reina, así nos dejará un ratito en paz.
Es un solete, Iubi, sólo quería chocolate
Por mí, como si te la quedas,
¿En serio?, ¿Me la puedo quedar?, brilló la sonrisa del Blanco en la penumbra, Si ella quiere. Hecho.
Ella querrá, no hay nada que le guste más a una Mim que los viajes.
El Blanco le cogió la mano. La había estado observando mientras ella trajinaba con bolsos y cacharros y luchaba con la Mim junto a la hoguera
-Reinaaa, ¿qué llevas ahí? Le tocó con cuidado la cicatriz en el hueco entre las clavículas
-¡Nada, quita, pesao! le apartó la mano de un papirotazo, gruñendo sin gruñir
-Gata, no te enfades, ¿Quién te ha hecho eso, dí? ¿No será …? ¡Mírame y dime que no! ¡ dime que no, que lo mato!
-El Jabberwock, musitó ella, mirando para otro lado, pero ha sido sin querer,
¡Sin querer! ¡SIN QUERER!, Donde está ese..
-Que no, Charlie, que no, que tenía una pesadilla, se revolvió y no sabía lo que hacía. Si luego se ha llevado más susto él… de verdad, no te enfades
-Pues, ya le vale. Y tú, reina, a ver si lo acostumbras a dejar de dormir contigo, que ni que fuera un gatito.
– Nunca he tenido un gato. Los he visto en los libros. Cuidar el Delta da bastante trabajo ¿Son fáciles de criar?. ¿Son muy grandes? ¿Qué comen?
– Vamos a hacer una cosa. Si me prometes educar mejor a ese…. jodío bicho
– Jabberwock, se llama Jabberwock. No te metas con él, que son muy sensibles, a ver si te oye, se acueva, y la tenemos
-¿ya-ber-guóz?, si me prometes que el yaberguóz o como se llame, tendrá su propia hura, el próximo viaje te traigo un gato chico. Acostumbrada a ese… yaberleches, criarlo te va a parecer un juego de niños….
(CONTINUARÁ)
–
–
Que porlolejos
fuiste,
porlolejos,
rápidas lasgacelas de mañana,
y el sol de
ayer,
¡Ayer!
Fue por lo lejos
¡Qué porlolejos hoy!
Sólo distancia
A Enrique Blanco Rodríguez, Zíngaro jefe, que tiene sangre de reyes en la parma de la mano. (Broma en varios despropósitos) Allegro, ma non troppo.
Carl Phillip
Emmanuel
nunca ha existido
Sólo era un mito
un bulo
una quimera…
El zíngaro CarlPhillip
nació ya viejo
un día
debajo de una encina
en primavera
Su madre , cuando lo vió
pensó ¡vaya un pispajo!
y dijo:
«He parío un hombre,
¡Dadle un sombrero!»
Su padre….
Su padre le dió un libro,
La Odisea
y una guitarra
que le hirió los dedos
para siempre
-Al payo,
que se la vendió
todavía lo busca
su gente,
en los caminos-
Lo llamaron CarlPhillip
CarlPhillip Emmanuel
como al primo
de un primo de su abuela
Veturia Puceanu
que era romí
zíngara de Brashov
y que adoraba
La Viena de FranzJoseph, a
Sissí,
y a un tal Yojansebástianbáj,
(nunca se supo cómo)
Un caso extraño este
el del CarlPhillip
Ya lo dijo Franz Liszt
viéndolo un día
sacándole a un violín las asaduras
«Ese gitano
toca como yo nunca podré
ni soñar,
toca la esencia»
Franz Liszt se deprimió -como solía-
y se volvió a su tierra
hablándoles a todos del
zíngaro Carl Phillip
de tal modo y manera
que su madre le dijo:
«Algo habrás hecho
te vienen a buscar
¡válgame el cielo!
Yo a tí no te conozco
¡Carretera!»
Y el CarlPhillip se fue,
agarró su cayado,
su guitarra
su manta
y su Odisea
-o su Iliada, no sé-
y embarcó, Danubio arriba
donde le dicen Dónau
al Dúnere
Y de allí, fué
tornó
volvió a ir
cambió de nombre
se bautizó diez veces
Weiss en Hamburgo
Msieur Henry en Marsella
Sir Henry White en Portsmouth
Y en la Habana….
En la Habana, señores
era «El Blanco»
Enrique el Blanco era
cuando un día
lo tropecé
en el puente de Triana
rodeado de azahar,
guitarra en mano
tocándole a Estrellita
la gitana
lo que le vino en gana
Ella cantaba
«Por debajo del puente
de Palomaaareees»
y él, nómada y galante
la seguía
de buleria
al tango
por
soleares
¿Carl Phillip?
Pregunté.
¿Eres Carl Phillip
Emmanuel,
el violinista zíngaro
el de Liszt?
¿Qué dishe usté de lijm ni chij , ni mij?
Yo , Felih vivo,
Manué es mi primo,
er primo de mi Ehtreya
y violinihta, sí ,
Er compadre Antonio,
toca er violóng
yo
zólo la guitarra
Me dijo,
Y añadió ¿Ese Lih, no zerá, argún tío dusté?
«No, caballero»
respondí como pude
-vi una faca
brillar en su talega-
Poj le dise usté al Lij o a quien proseda
«Carl Phillip Emmanuel
nunca existió
fue un embuhte
un bulo
una quimera»
-Así lo haré, Sir Henry
-«Dioh lo quiera,»
me respondió
tendiéndome una mano
rota
de heridas
de guitarra vieja…
Mi hermana, la muy honorable Princesa Bruja Traspiés de Sin Preguntas- sostiene la teoría de que soy un ser con suerte. Ya se sabe; tengo dos ángeles custodios, uno por si falla el otro, y eso marca. Traspiés, que comparte conmigo carga genética y es, por tanto, una inefable contadora de historias mil, dice a todo el que la quiere oir, que si un día me perdiese en el Polo Norte, a los pocos minutos, una caravana de zíngaros que casualmente pasaría por allí, me salvaría.
Lo cierto es que ahí están. Aparecen siempre que los necesito. Adoptan múltiples formas. Creo en ellos, los quiero y ellos me quieren a mi. Prefiero llamarlos providencia, dado que casi siempre he ido por el mundo a la buena de Dios. En todo caso, acuden, nos olemos, nos reconocemos y siempre, siempre, me traen regalos.
Este espacio es uno de ellos. Y el zíngaro de todos los zíngaros que en el mundo han sido, me lo ha regalado con toda la delicadeza de que es capaz. Maestro Enrique Blanco Rodríguez, músico, nómada, generoso y galante. Gracias y a más ver, al borde de cualquier camino.
También debo todo esto Marian, por ser y por estar Y mis compadres Antonio y Chús, que son mi familia no biológica., Colt, At, Deli ,Jabbs Isi. Zíngaros todos. Gracias
Lunes Martes
vamos por partes
Miércoles Jueves
no te la lleves
Viernes, Sábado
juguemos un rato
que llega el Domingo
redondo en tu ombligo
Mamá, mírame
mira como salto
mira ya he crecido
me llego hasta aquí
Mírame mamá
mira como vuelo
casi lo consigo
casi
Mírame, no trabajes
hazme caso a mí
Gato Gátez
mira
con sumo interés
la mosca que baila
se prepara
salta
la mosca se escapa
Gato Gátez
mira
con sumo interés
La sombra del abrigo
en el armario
era un vampiro
Tápame la cabeza mamá
que viene el miedo
Había un monstruo
grande tras la puerta
Dame tu camiseta
con olor a mamá
Dame la goma
de borrar pesadillas
No te olvides del beso
y de la canción
Tápame el corazón, mamá
que viene el miedo
Cuéntame cuentos de reirse mucho
y déjame una luz en la escalera
Tápame todo, mamá, que
viene el miedo.
Me enfado MEENFADOOO
Lo escribo en tu móvil
):-(
Me enfado MNFDOOO
Harto estoy, tú tienes
siempreprisasiempre
toda la prisa
Y yo, x ti, Mnfado.
Sólo soy un niño,
no sé los
relojes,
no sé los horarios
solo sé que a veces
ME EN-FA-DO ME-EN-FA-DO
STOI NFADaDO
Mi abuela es superhéroa
tiene capa dorada
la vi yo
y minifalda
y botas
de hacer el bien
Cuando nos vamos
disimula por casa
Y luego
¡zás!
Hace todas las cosas
que hacen las superhéroas
y algunas más
Ayuda a otras abuelas
salva gatos
y fabrica pasteles antisusto
para cuando volvemos de la escuela
Mi abuela es superhéroa
Si regresamos,
en cosa de segundos
se transforma
se hace la despistada
olvida
nos cura los raspones
con tiritas y besos
y nos da bocadillos
de jamón con tomate
Pero yo sé -lo sé-
que tiene el uniforme
guardado en la maleta
Mi abuela es superhéroa…
Duérmete niño lobo
quédate quieto,
que los niños del pueblo
ya están durmiendo
La luna llena
cuida a los niños lobos
que están sin cena
Duérmete niño-ogro
duerme en tu hura
que tu madre la ogresa
mece la cuna
Que los ogritos
van a la misma escuela
que Pulgarcito
Duérmete, dragoncete
duerme en la cueva
tu manta es un tesoro
de oro y de perlas
Con tus ronquidos
se calientan las hadas
que tienen frío
Duérmete fantasmito
deja los sustos
que tu risa sin boca
asusta mucho
En los espejos
se esfuman los vampiros
que vuelan lejos.
Mi abuelo tenía
palabras muy grandes
menester, respeto,
surco, tajadera
y otras más pequeñas
para hablar conmigo
cado, anís,simiente,
cotenas, mostillo…
Mi abuelo tenía
las manos callosas
la frente arrugada
el pelo muy blanco
y un modo muy suyo de
cuidar lo vivo
Mi abuelo tenía
una voz rasgada
un pañuelo limpio
ojos que miraban
dentro de la gente
y la magia grande
de los huevos fritos
Mi abuelo tenía
un coche muy viejo
un cuento olvidado
una pena honda
un trozo de cuerda
y tres caramelos,
siempre, en los bolsillos.
Señor Ratón Pérez
yo tengo un problema
¡Se me cayó el diente
por la canalera!
Yo lo había guardado,
en la servilleta,
quería lavarlo
ponerlo en la mesa
dejarlo a la vista,
para que vinieras
Señor Ratón Pérez
yo tengo un problema
porque si no hay diente…
¡adiós mi moneda!
Lo tragó el desagüe
por la canalera…
Dice la tía Charo
que en las bibliotecas
hay ratones sabios
que arreglan las cuentas
¡quien sabe si alguno
me lo trae de vuelta!…
Se me fue, mi diente,
por la canalera…
Tú que sabes todo
¿sabrás que es el mío?
¿me tendrás en cuenta?
¿me castigarás, igual
que a la abuela,
a dejar los dientes
en una cajita
con una tableta?
Se reirá mi hermana…
¡Se armará una buena!
pareceré un gnomo
daré mucha pena…
He perdido el diente,
lo siento, de veras
¡Se me escurrió solo
por la canalera!
Señor Ratón Pérez
yo tengo un problema….
Si aparece el diente
¡te pongo galletas!
A la niebla de hoy
le daban a uno ganas
de untársela en el pan
del desayuno
La niebla no es de nada
¡es sólo niebla!
y parece que está
Si fuera de colores
sacaría un palito
y me la comería
al volver de la escuela
Patata me dió un beso
en la nariz,
como al saltamontes
chato
del cuento
¡Patata me dió un beso!
No era de cosquillas
ni de babas
¡era un beso!
Un beso de patata
A mí me supo a gloria…
Patata,
me dió un beso.
Mamá
¿Quien se ha llevado
el azul del cielo?
Ayer estaba
hoy no
Mamá
¿Quien se ha llevado
el azul del cielo?
«Pronto, una toalla para este mar suelto de agujas», se reclamó Iubira. Entonces fue consciente de que, una vez más, estaba sola. Y antes de empezar a llamarse «Liebes Kind», como las viejas locas de los cuentos, decidió crear el Delta; un no-lugar en el que gobernar el espacio o deshacerse del tiempo fuesen tareas simples. Lo que ella no sabía era que el creciente fértil junto al Iub sería un hervidero de criaturas, empeñadas en obviar cualquier límite y expandirse a su antojo por las dunas (Continuará)
De tu boca y tu voz tengo nostalgia
las dos me llaman, me desaparecen
me recuerdan que no tengo palabra
para decir que no
cuando te escucho
y cuando siento que
se fue tu boca
un viento del nordeste
me arranca los dos polos ,
el norte con la lluvia y sin abrigo
y el sur que nunca fue mío del todo.
Se fue tu voz y se me va tu boca
Y yo me perderé por la cinta del pelo
que calló una vez más porque era lunes.
Y anotaré: “de todas las nostalgias, aquella de tu boca es la más cierta”.
Cuando el ángel llegó; me pilló, como siempre, entre dos lugares. No le importó demasiado -a los ángeles les basta una ventana o un antojo en la piel para ubicarse-
-¿Dónde estás? me preguntó sin prisas, en un alarde socrático que en el fondo, me removió un poco.
-Todavía no lo sé, le respondí, como hago cuando descubro que mi única certeza es el ahora.
En ese momento, el ángel extendió una mano. Súbitamente el tiempo se hizo burbuja. El dolor dejó de existir. Me sentí mecer, como cuando estamos dormidos y parece que vamos a caernos; sólo que esta vez no hubo caída, sino una especie de balanceo similar a la sensación de dejarse ir en una piscina.
Estoy convencida de que a Arquímedes lo visitó un espíritu desesperado por la incapacidad humana de ponerle palabras a algunos hechos. Debió ser una noche como ésta: el ángel armónico, con una pierna todavía en el alféizar, le tocaría los labios, y el griego, iluminado, soltaría su frase llena de enjundia, capaz de colmar la avaricia de un rey; sin saber que un día, una mujer vilano desearía flotar más que nada en el mundo y seguir siendo una ignorante en cuestión de física.
Massimo me tiende la cinta en la que van escondidos los globos. Es increíble cómo la gente sigue clavada ahí, mirando en nuestra dirección, como un banco de peces. Si ahora me cayese, gritarían todos a la vez; mierda, Friedrich, al abuelo se le ha olvidado ponerse resina en las manos. La cuerda de los globos está suave y resbaladiza. Tú y tus fabulosas ideas: que el público ya está acostumbrado a lo de siempre, que a esto hay que darle vidilla, que por qué no combinamos el número de magia con el del cable, que si patatín que si patat…¡Massimo por Dios, sácate la cuerda de la boca!. Todos sabemos que fuiste un gran payaso, pero eso no tiene ninguna gracia. No en este número Maaaassimo ¡Massimo! pero ¡qué diablos pintan aqui tus ratones amaestrados!
Suzie4 acaba de salirsete del bolsillo tío, como me tenga que aguantar uno de sus mordiscos, la vamos a tener. Suzie, sususususus. Qué jodida Suzie4, ha soltado los globos con sus patitas, si yo tuviera tus ventosas, me hacía de oro en esto, saco de piojos, veeen aquí eso es, ¿quieres talco ehh? mira en mi chaleco, mira, venga venga venga, vaaaamos Joder.. ¿Aplausos? ¿Qué aplaudís ahora, cretinos, que un pobre diablo sea capaz de conseguir que una rata de compañía pase por un hilo y se meta en su bolsillo? Claro que, a trescientos metros es otra cosa ¿no? ¡ohh qué original , blablabla! . Cuando salga de esta mataré a Friedrich, envenenaré a Suzie4 y me mearé en las gachas del desayuno del viejo, eso es, se van a enterar todos, se van a enterar …
¡A qué viene ese pitido!Que si me voy a marchar de ¿dónde? ¿Pero no ve que estoy aparcando oiga, no ve que acabo de llegar después de dar vueltas durante una hora buscando este maldito sitio, no ve que el jefe del camión de mudanzas acaba de cargarse a los hombros una silla y que el dichoso camión no se moverá de ahí en una hora; no ve que los operarios del ayuntamiento tendrán para rato, con ese bendito cable de las luces de Navidad; No ve que en el árbol que está a dos palmos de sus narices se amontonan los cagarros de perro, dispuestos para que su niño de usted meta los zapatitos directamente ahí ?; ¿Nooo se da cuenta de que las palomas me acaban de bautizar el parabrisas, No ha observado esa grieta en el asfalto por la que está a punto de abrirse la acera y tragárseme?. ¿Y dónde, digo yo, están mis aplausos?
Era violeta
¡Ella era violeta!
azul el pelo
azules las pestañas
Tan lento de violetas su silencio
Eran bluevelvetcárdenos los labios,
moras las venas bajo la piel malva
¡Era violeta ! y yo
mudo
escondido
me asomé al río
de sus ojeras purple
por ver
si eran ciertas
¡Cielos, lo eran!
Y tuve un aleluya del índigo al magenta
Desde entonces avanzo a trompicones
virado a nazareno
y el mundo sabe agraz, dulce y picante
como
un puñado prieto
de cerezas.
Cuando ella se descalza
quedo preso
de sus pies de canela
del sol de su cintura
de su tacto seguro
de años de saber
amanecerse poco a poco
Si ella se descalza hoy
quedaría sujeto
y liberado
¡qué dulce la prisión
de sus pies de canela
del sol de su cintura
de su boca de niñamujer soberana!
Amo a Hailua, hermano
esencialmente
¡y cómo duele
el peso de sus ojos
fundidos como miel
en mi garganta,
seca la lengua sin su beso!
Cuando ella se descalza
y se me ofrece
esclavo sin remedio ando perdido
tras sus pies de canela
Y el sol, en su cintura,
me recuerda que nunca
quise más que hoy
que nunca
fue hoy más hoy
Hermanito, amo a Hailua
hay una espada cada vez
que la toco
me corta el córtex
y sólo corazón
solo,
perdido
de sus pies de canela
me abandono
Sé que su piel está hecha de la mía
Amo a Hailua, compadre y ¡cómo duele!
¡Y cuán triste es amar los pies de Hailua!
siempre en huida y siempre aquí en mis pasos.
¡Yäh fätin, on fätin keh faraih jeu Mammah!
bels ami, al^yinna meua, meu habbib vase, Yäh Mammah!
And even now
my skin
-you know
my human-catskin, ever-
has no secrets
4u
no regrets
and no tears
but your’s
Make them laugh…
a foolish song
-you know,
I’m afraid, my dognose, ever-
smells (might be)
the sweet banana juice
of my own sadness
«Everyone wants to laugh»
but me,
-you know,
such a fool, ever-
wanna be only me:
a poor clown
on a cow
jumping over the moon,
a simple
human being
without a carrousel.
Si no me recordaras tanto a ti
podría ponerle puertas a las venas,
mansedumbre a los ríos
Si tú no fueras tú
tú en todo tú
tú mismo
tú constante
taparía las tristezas
con un pañuelo árbol de palabras,
-las raíces de mi alma
con un quiebro-
Si no te me colaras
en el ombligo pozo
origen de los hilos
iría en media punta
por el tequila de mis intestinos
discreta, elegante y ¿ por qué no?
en absoluto
sobria
Pero te cuelas
eres
me recuerdas
que mansa sólo fui
que ahora soy
que en las acequias
acaban de petar las tajaderas
y que el campo nació en medio del campo
totalmente vulgar
y tan valioso
por ser tú sólo tú.
La noche entera oscila
-Luna nueva en Escorpio-
Una vela pequeña
en medio de esta noche
jadea en la ventana.
Qué soledad de cera
Qué abrirse
contra el muro
helado de otra noche
Luna nueva-¡cuidado!-
Engañosa es la luna,
cuando es nueva, en Escorpio
El candelabro grita
su verdín oxidado al viento
«¡Ya es de noche!
¡Luna nueva
en Escorpio;
proteged a los niños,
encended luces blancas
derretíos el miedo
y seguid!»
La noche entera oscila
Una vela pequeña
desafía al relente
El aguijón del aire
se hunde en la ventana.
Tengo mi mar
¡mi mar!
Mar de Iubira
Mare mar,
Amor-mar
Compadre mar
Tengo tu mar
¡tu mar!
y es ése mismo;
distinto, sólo- mar,
tu mar
tan cerca ya del mío
y tan sin peso,
que es el peso del mar
lo que hace el mar.
Marabrazado mar
Compadre mar
Maremar nuestra,
en un cuadro-ventana que decide
respirarse de azul, de sal, de espuma y de olas
y perderse de nuevo en encontrarse.
No Zen deseo
de tus labios el aire
no el agua quiero
¿No Zen? ¡deseo!
de tus labios el aire
¿no el agua? ¡quiero!
¡No!, ¡Zen deseo!
de tus labios ¿el aire?
¡No!, el agua, quiero.
No, de tus labios
Zen, el aire quiero,¡ no!
Deseo de tu agua …
Tu agua deseo, no
el aire de tus labios,
no quiero Zen
No, Zen-deseo;
el quiero de tu aire
no, de tus labios-agua
No aire, no agua,
Zen
Deseo de tus labios
¿quiero?
¿No deseo tus labios?
¡Aire , agua! , quiero;
no Zen
Aire Zen de tu agua
no: ¿de tu deseo?, ¡no!
¡Tus labios quiero!
No mires a tu espalda –le advirtieron-
Le habían advertido tantas cosas…
No hables con extraños
No maldigas
Siéntate bien
Sé buena
Sé ordenada.
No pudo contenerse :
quiso ser ella
por una vez
quiso
meter la pata
mirar donde no era
atisbar la rendija
pegar
la oreja
a la pared del antes
Se equivocó.
Ahora
en el vacío
se hizo de sal
su voz de estatua quieta.
La broma
de una queja
de una mujer
sin nombre
Si me quisieras toda,
todos los días,
siempre…
sería muy sencillo
volver a enamorarme
de tus melancolías
-melas, melaina, melan-
y cantarte al oído
coplas del verde, verde
limón
de los
despacios,
de los
¡ahora, quiero!.
Si me quisieras toda
todos los días
siempre…
serían muy distintos
las tazas y los platos
del café
solo
sola
que sólo es soportable
para urdir la mentira
de que vivo
despierta
y atenta
y en mi sitio
Y es que -si me quisieras-
del todo, todo el día;
sabría que te quiero
,sin querer, sin saberlo,
bobaenvariosidiomas,
allein -todouno-
siempre.
El cielo en calma
las estrellas tiritan
rozan tu almohada
Duérmete niño
que Mañana es mañana
y Hoy se ha dormido
El cielo en calma
caballitos de nube
por tu ventana
Duérmete niño
que la caricia mía
vive en tu ombligo
El cielo en calma
besos de amor de niño
llenan mi manta
Algo le había rozado el hombro derecho y le puso la piel de gallina. Cuando se volvió, creyendo que encontraría a su lado la pluma de alguna gaviota, los encontró sentados junto a ella, mirando amanecer. No se sorprendió en exceso, pues estaba acostumbrada a sentirlos. Solía bromear con otros acerca de sus dos ángeles custodios: “-Si todo el mundo tiene uno, en mi caso tiene que haber lo menos, dos”, reía Iubira, cuando nadie se explicaba como, habitando un universo paralelo, lograba sobrevivir en el mundo de tres dimensiones, tan lleno de semáforos y de porfavores.
Tenían el mismo aspecto que hace años, cuando era niña y los vio, reflejados en un charco. Aquel día le había gritado a su abuela: – «Abuelaaaaaaa, he visto a dos ángeles» . Y su abuela, que estaba sentada sobre unas mudas para acabar de plancharlas, le peinó las trenzas, le dió la merienda y le hizo prometer que no le contaría eso a nadie. No lo contó y desde entonces, nunca había vuelto a verlos. Sin embargo, notaba su presencia en la masa del pan, en el borde liso y suave de las sábanas y en otras mil pequeñas cosas.
Y allí estaban. Habían querido ser los primeros en manifestarse, por aquello de llevar tanto tiempo mirando sus andanzas en silencio. Se quedarían siempre que ella no decidiese echarlos. No ocuparían sitio. El uno se encargaría de reparar daños y mitigar dolores. El otro de las caricias y del problema del aparcamiento. El resto a convenir.
A Iubira le pareció bien. Los abrazó y los dejó jugando en la playa, mientras ella comenzaba a recorrer el Delta (continuará….)
El vértigo. Las mariposas. La boca del estómago que se cierra. La ceguera. La glotis seca. La nada y luego nada y otra nada en la nada. El aire en las mejillas y una voz que pregunta si hay pan o si mañana es jueves. Y luego el desayuno, los cubiertos… Buenos días y gracias y por favor y derramarse en cada pequeña cosa, por no hundirse de nuevo en el vacío. La nausée resulta ahora un bonito ejercicio espiritual, cuando uno no sabe dónde queda su casa.
Mirar desde el espejo debió ser divertido tan sólo para Alicia, o quizás para el perverso que decidió enviarla allí detrás. Hay un grito lleno de cuchillos tapado con algodón para que nadie se corte.- Sería inadecuado-
Os copio aquí un fragmento de la tierra de Iubira. Como siga así; una de dos: o acabo esquizo perdida o publico unos cuentitos. Besos a todos. Iubi
Recuperadas las gafas, rebuscó en su bolsa, sacó el lápiz y el cuaderno que llevaba siempre consigo y escribió:
Los regalos de Itaca son muchos y
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